En ésta obra, Shakespeare expone una Viena en decadencia. Aquí el honor de las doncellas, los inocentes y culpables se barajan al mejor postor. Los dirigentes, rufianes, desalmados y alcahuetas son un espejo que deforma la ecuación de la conducta establecida por la sociedad; sin embargo todo el caos que pueda acontecer regresará al orden de acuerdo a la moral y la justicia del Duque, quien aprueba todo mal efectuado, premiando a los culpables y castigando a los justos.