Los niños perdidos es una historia sobre inocencia y maldad acerca de tres “pinches chamacos” que no tienen límites, producto de la violencia familiar y de una sociedad que los margina, que no les da ningún valor y que, por su falta de atención, ha creado pequeños monstruos que expresan su desazón con ironía, crueldad y lo único que les da poder en esta historia: una pistola.